Fotografiando naturaleza



Hace varios años, bastantes más bien, comencé a hacer fotos en mis salidas al campo.
Todo empezó fotografiando setas, aunque de un modo elemental, es decir, pulsando el disparador de la cámara y muy poco más.
Empecé con una antigua Yashica de mi padre, excelente máquina. Pero el comienzo de la era digital en fotografía me pilló de lleno y acabé abandonando los costosos carretes.
Mi primera cámara difital fue una Nikon Coolpix 995, una excelente máquina en su momento.

El paso a reflex digital fue el paso lógico, con una Nikon D70 que daba buen resultado para un aficionado de escaso nivel. Pero esta cámara ya permitía bastante libertad a la hora de manipular los parámetros y así empecé a hacer pequeñas variaciones.
Sin embargo, es mucho más cómodo tirar rápido en automático... y las fotos salen bonitas la mayoría de las veces.
Un objetivo macro (Sigma 105 f/2.8) y un flash anular supusieron el siguiente peldaño. Las fotos de setas empezaban a quedar más bonitas y ya empezamos con las flores...

Una avería de la D70 me llevó directamente a la Nikon D300, una extraordinaria máquina semiprofesional, que aún sigo usando habitualmente. Mediante el sistema de ensayo-error y moviendo los diafragmas y poco más, la cosa fue avanzando muy lentamente.
Las fotos con macro mejoraron progresivamente, aunque abusando de diafragmas muy cerrados y flash, para destacar los sujetos con una profundidad de campo suficiente.
La compra del Tamron 180 f/3.5 supuso empezar a plantearme las fotos macro de forma más abierta, variando condiciones de exposición, manejando la sensibilidad ISO, la obturación y empezando a tirar sin flash.

A partir de una serie de buenos resultados con insectos, todo empezó a acelerarse: desde entonces (hace menos de dos años) ya analizo cada vez con mayor profundidad las condiciones adecuadas para cada foto (no siempre, la verdad), leo mucho sobre fotografía y estudio diversas posibilidades.

El último gran paso fue la decisión de ampliar el campo de acción, cerrado totalmente en el macro. Comencé con la compra de un teleobtejivo baratito pero apañado, el Sigma 150-500 f/5-6.3, que en sus puntos dulces da una calidad muy aceptable.
Empezar a fotografiar aves este año 2014 ha hecho que todo se convierta en una pronunciada cuesta abajo: visitas a hides de alquiler, uso de mi propio hide, construcción de un hidrohide, lectura de libros de fotografía, seguimiento de blogs de fotógrafos, análisis detallado de las posibilidades de la D300...
Todo ha ido muy rápido y en los últimos 6 meses he aprendido más de fotografía que en todo el resto de mi vida.
Un fantástico curso de fotografía, grabado en vídeo, de José Benito Ruiz (uno de los fotógrafos de naturaleza más premiados del mundo) me ha ayudado enormemente.

Finalmente, en este verano he adquirido mi siguiente cámara, una full frame, la Nikon D610, que es el último escalón que me quedaba (no siendo profesional de esto). Y ahora a invertir en objetivos de calidad: los dos primeros han sido el Nikon 200-400 f/4 (una de las "bestias" de Nikon, verdaderamente una maravilla en todos los aspectos) y el 24-120 f/4, un todoterreno que da una gran calidad.
Ahora sólo falta hacer honor a estos aparatos, pues ellos solos no harán las fotos (a pesar de lo que la mayoría de la gente piensa)... ahora yo seré el único responsable de que resulten buenas o malas.

Con todo lo que he avanzado, que es una barbaridad en los últimos 3 meses, ya empiezo a ver fotos que me parecen lo suficientemente aceptables como para ponerlas en una web, pues mis familiares y conocidos así me lo reclaman (con setas, flores e insectos ya me lo decían hace tiempo).

Así que, mientras seguimos aprendiendo y mejorando, subiré fotos para disfrute personal y también para mostrar a los que les gusta lo que hago.

Saludos